La Policía Nacional ha detenido a tres compostelanos y a un vecino de Guadalajara, a los que acusa de captar a sus víctimas a través de anuncios falsos y de aprovecharse de la precaria situación económica de sus familias
Aprovecharse de una situación económica precaria y de carecer de permiso de residencia. De eso acusa la Policía Nacional a un grupo organizado con epicentro en Santiago de Compostela que explotaba laboralmente a inmigrantes ilegales, la mayoría captados en Colombia, que acaban repartiendo paquetes durante 15 horas al día. La investigación, que se ha cerrado con cuatro detenidos, tres de ellos compostelanos, arrancó en agosto, cuando la Brigada de Extranjería recibió información sobre esta organización.
Tras las pesquisas, los agentes comprobaron que el grupo conseguía a los trabajadores a través de las redes sociales con un modus operandi era siempre el mismo: ponían anuncios en internet ofertándoles un empleo, les ofrecían un sueldo digno y alojamiento en España, así como la promesa de realizarles el papeleo necesario para regularizar su situación en el país. Muchas de las víctimas aceptaban debido a la precariedad económica de sus familias, por lo que consideraban que estos trabajos podían ser una manera de ayudar a sus seres queridos.
La realidad, afirman fuentes de la Policía Nacional, era muy diferente. Una de las víctimas que acabó en Santiago trabajaba sin contrato alguno en una empresa de reparto, siendo explotada con jornadas abusivas de entre 12 y 15 horas diarias. Además, era penalizada por no realizar cierto número de entregas o por causar daños en los vehículos, los cuales eran antiguos y ya estaban desgastados, por lo que la organización se justificaba así para no pagarle absolutamente nada. El temor a que la situación empeorase, unido a que estaban en el país de forma irregular, motivaba que soportase la situación.
La Brigada de Extranjería y la Ucrif Central se centraron en la identificación de las posibles víctimas para su protección, así como en conocer las identidades de todas las personas que formaban parte de la organización. Finalmente se dio con los citados cuatro miembros, a los que acusan de operar en todo el territorio nacional y que trasladar a las víctimas por todo el país. La operación también permitió identificar a 18 inmigrantes ilegales que cayeron en la red. A Los cuatro detenidos, los tres compostelanos y un vecino de Guadalajara, se les imputan delitos contra los derechos de los trabajadores, favorecimiento a la inmigración ilegal y pertenencia a grupo organizado.
Además, Inspección de Trabajo acudió a dos naves de almacén y reparto de paquetería, una en Santiago y otra en Ourense. El Juzgado de Instrucción Número 3 de Santiago decretó prisión provisional para los tres detenidos de la capital gallega, aunque que la operación todavía sigue abierta. La Policía Nacional busca a más víctimas, así como a otras personas implicadas en el organigrama del grupo ilegal.
La Policía Nacional enmarca la operación en su plan de lucha contra la trata de seres humanos. El cuerpo pone a disposición de los ciudadanos la línea telefónica 900 105 090, así como un correo electrónico trata@policía.es, para facilitar información, siempre con carácter anónimo y confidencial.
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